lunes, 4 de mayo de 2009

Obrador


Caravanas de motos chinas

plateadas relucen a la luz de las

columnas de tugsteno

patas alargadas de la araña nocturna

que se despereza.


Estas son las orugas en cuotitas

que trasladan los obreros de la cinta

sinfin ni principio del capitalismo

liberal mercantilista

que se ha quedado con los

trabajadores.


¿Los ves?

¿Los ves realmente?


No veas fantasmas,

no son ese soldado soñado

por el manual de los marxistas

ese proletariado afiebrado

que suda grasa de motores

no es ese,

el metalúrgico

que primero fue anarquista

y después peronista

hasta que la invasión estuvo lista

y las listas de los nombres

se fueron llenando de tachas

palabras que desparecían

de toda página.


Se fue en el degradé

el espectro de agustíntosco

y quedó la fábrica

que fabrica ganado tosco

que entra y sal entra y sale

bebe en los bares

compra motos de vidrieras

sale ganando la rifa

del club de acá la vuelta

donde una licuadora y un número

son la fotografía

del descanso perpetuo

el eterno domingo

ese paraíso

justicialista

donde el obrero

como el dios de los cristianos

descansa el séptimo día.


Unos compran la felicidad

timbrando en el bolsillo

con un tema de arjona

otros se sacan la lotería

y ponen un kiosco en las estrellas

soñando entre compra y venta

que son operarios

de una nube en el cielo

de ese dios de mierda

que los hace cada día

llegar a la puerta del

obrador

y antes de comenzar el día

pasar por la pequeña cocina

y rezar al santuario con

una virgen que los mira

desde un almanaque de panadería

con sus colores esfumados por el sol y el tiempo y

un rosario que cuelga

que es apenas gastada bisutería

y escucha las palabras repetidas

que piden custodiarlos

del hormigón y de las vigas

estos hombres que dedican

su vida a la ganadería:

a ganar el día

y partir a su hogar

a vivir lo que les queda

de vida.


La obra del obrero

es construir el costurero

donde se guardan los hilos

que antes de cerrarse

de una vez y para siempre

le descosen la vida.





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