Izq a derecha: el director de Control Público Darío Kemerer, el concejal oficialista Héctor Sierra, el Intendente Omar Perotti y el jefe de Gabinete Mario Rossini. Foto especial para Lance Libre.
Beber o no beber, esa es la cuestión. Al menos, durante la madrugada. Esa es la franja horaria que marca un proyecto de ordenanza que se encuentra en debate dentro del ámbito político rafaelino, a partir de un proyecto redactado por el Poder Ejecutivo que busca restringir la venta de bebidas alcohólicas entre las 23 y las 7.
Lo curioso del proyecto es que no sólo tiene previsto impedir el expendio a menores de 18 años, sino que los mayores de edad podrían comprar alcohol solamente en negocios habilitados para tal fin. “Esto es una ley seca para pobres”, aseguran opositores que prefieren no alzar la voz demasiado alto, por temor a resultar impopular a un electorado conservador, que no parece intimidado por el proyecto oficial. Es que los locales autorizados a vender alcohol serían bares y restaurantes, mientras que kioscos, almacenes y supermercados verían restringidos un cuantioso negocio nocturno con precios populares.
El proyecto avanza despacio, ya que comenzó a debatirse en el Concejo en julio y la semana pasada tuvo un nuevo episodio, cuando los concejales del oficialismo -dóciles alfiles de Perotti- se reunieron con los principales gerenciadores de bares y boliches para consensuar el proyecto. Tras una consulta de Cruz del Sur, algunos empresarios aseguraron que prefieren “colaborar con el Ejecutivo” a “enfrentarse a las persecuciones” que fueron denunciadas por ese gremio en el pasado, afirmando que muchas veces el municipio acosó con multas fundadas en tecnicismos a empresarios que pedían mayor frexibilidad para aplicar normas poco realistas. Aunque desde el Frente Progresista Cívico y Social en el pasado criticaron estas medidas y denunciaron aquellas persecuciones, hoy colaboran sin generar polémicas con imponer la nueva “ley seca” en la ciudad.
El proyecto de Perotti busca, inclusive, prohibir “el otorgamiento de premios en bebidas alcohólicas”, una muestra del desmesurado alcance que planea una ordenanza que resultaría muy difícil de aplicar, debido a los escasos recursos de contralor con los que cuenta el municipio.
Publicado en el semanario Cruz del Sur (Rosario), 26 de agosto de 2009.