sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Por qué el socialismo votó a favor de la Ley de Medios?



La familia binnerista podría reunirse frente a la TV gracias a la nueva ley de medios


[Versión extendida del artículo publicado en Diario Perfil
del sábado 19 de septiembre de 2009]


Las decisiones que definen una movida política de peso como la aprobación de la ley de medios audiovisuales rara vez tienen como único respaldo los argumentos que sustentan el voto. Y el caso del visto bueno del Partido Socialista no es la excepeción, ya que también cuenta con un detrás de escena que resulta esencial para comprender el sorpresivo giro del bloque opositor que, en esta ocasión, decidió dar luz verde al proyecto oficialista. Existen tres fundamentos claves por los que el socialismo decidió votar la ley de medios favorablemente.

En primer lugar, el partido se encuentra atravesado por una interna a nivel ideológico que se tensiona cada vez que el panorama político nacional se polariza. Hasta hoy, el PS navega hábilmente en el centrismo, seduciendo tanto al progresismo como a sectores conservadores. Mientras que Binner representa fielmente a los primeros, los segundos ven en el Senador Rubén Giustiniani un aliado ideal, y trabajando “a dos puntas”, el socialismo construyó un tejido de alianzas que mantiene el respaldo de la centroizquierda en su distrito y, a su vez, alianzas políticas con todo el arco opositor a nivel nacional.

Pero el debate por la ley de medios enfrenta los dos modelos y puso al PS en una delicada situación: rechazar la ley y romper con el progresismo que lo sostiene a Binner en Santa Fe, o aprobarla y disentir con la Coalición Cívica, que considera al gobernador uno de sus aliados en la batalla contra el kircherismo. De este modo, los “duros”, que responden mayoritariamente a Giustiniani, se enfrentaron con el binnerismo, quienes evitaron romper con los militantes de centroizquierda que son mayoría en Santa Fe, y que al ver frustradas sus aspiraciones, podrían volcarse al sector que lidera al dipuatdo Agustín Rossi. Esto ya sucedió con el diputado sabatellista Marcelo Brignoni, quien en las últimas elecciones respaldó al alfil del kirchnerismo, a pesar de integrar el Frente Progresista Cívico y Social que conduce Binner.

Esta tensión se mantuvo en la última semana, y fuentes cercanas a ambas fuerzas internas relataron a PERFIL que, luego de varios días de llamadas cruzadas y álgidas discusiones en el seno interno del partido, se impuso la postura binnerista. Y esta negociación no fue un intercambio de “favores”, aclaran las fuentes, sino más bien un debate más cercano a lo ideológico, y a la coherencia del socialismo con su histórico pedido por un debate para la ley de medios. Gremios como la CTA -cuya seccional santafesina respalda al binnerismo- y técnicos de las universidades de Rosario y Santa Fe -que componen muchos de los cuadros de gobierno- serían quienes reclamaron el visto bueno a una norma que ellos mismos ayudaron a redactar.

Yo amo a la TV

También influyó en el voto positivo a la ley, el proyecto del binnerismo para crear un canal de televisión público que lleve una programación cultural e informativa a toda la provincia. Esta idea surgió del Consejo Consultivo para el Crecimiento de Santa Fe, un organismo creado por Binner y que lo integran –ad honorem– doce empresarios santafesinos, y cuyo pedido al Gobierno Provincial fue “solicitar al Poder Ejecutivo Nacional la autorización para instalar un servicio de radio AM y, eventualmente, una emisora televisiva con estaciones repetidoras en las cabeceras de las distintas regiones”. De este modo, el socialista puso en marcha la idea y buscó solicitar una frecuencia de radio y otra de televisión para el Estado santafesino amparándose en el decreto 1214, que Eduardo Duhalde firmó antes de dejar la presidencia, y que le permite a las provincias contar con sus propias señales. "Pero una empresa particular interpuso una medida cautelar y todo se frenó en la Corte. El decreto tiene media sanción en la Cámara de Diputados y falta que se expida el Senado", detalló el secretario de Comunicación Rubén Galassi, cuendo presentó en noviembre de 2008 un proyecto que lo reemplazaría: una señal de cable estatal, que estará inspirado en el canal Encuentro, e incluirá contenidos de interés público que combinen educación, información y entretenimiento.

Pero si se aprueba la nueva ley de medios, el gobierno santafesino ya no deberá sortear un laberíntico camino para inaugurar radios y televisión públicos, pues la norma facilita ampliamente la creación de medios estatales. Según las propias palabras de Binner, la legislación de medios, tal como está ahora, “perjudica enormemente a Santa Fe, pues estamos muy mal desde el punto de vista de las comunicaciones. No tenemos absolutamente ningún medio ni oral ni escrito ni televisivo, que llegue a toda la provincia, lo que provoca que hasta encontremos algunas regiones santafesinas con tonada cordobesa. No tenemos medios propios que nos integren”, reconoció cuando diversos medios lo consultaron acerca de su postura sobre la ley, durante el mes de agosto.

Devolvé la bolsa

Por otro lado, la ley de medios llega a debate en el Congreso precisamente cuando Hermes Binner se encuentra en pleno proceso de negociación para que el Gobierno nacional abone, aunque sea en parte, una multimillonaria deuda que el Estado nacional contrajo con la provincia de Santa Fe y que se remonta al menemismo.
Según los números extraoficiales -pues en estos días una comisión mixta analiza las cifras finales- la deuda sumaría en total la friolera de 4200 millones de pesos. En primer lugar existe un reclamo formal de la provincia a la Nación por más de 1200 millones retenidos por el denominado Impuesto al Cheque, que para el binnerismo es inconstitucional. Además reclama los fondos comprometidos para cubrir el déficit de la Caja de Jubilaciones de la provincia, deuda que supera hoy los 400 millones de pesos. También exige 600 millones de pesos, que se corresponden al mecanismo de compensación de ingresos entre la Nación y las provincias.
Esta deuda tuvo varias polémicas desde que el socialista llegó a la casa Gris, y el kirchnerismo siempre fue reacio a tratar el tema. En caso de que el gobierno nacional pague, aliviaría casi por completo el déficit que el estado provincial acusa, que sumaría unos 560 millones de pesos en este ejercicio fiscal, y augura un 2010 con “muy poca obra pública”, según anunciaron los ministros en vistas del rojo fiscal ocasionados por las crisis que afectan al país desde el comienzo del gobierno de Cristina Fernández.

Aunque esto no fue reconocido por los voceros oficiales del socialismo, la oposición no deja de señalar a la dirigente de Pampa Sur, María del Carmen Alarcón, como un fuerte enlace entre el kircherismo y el gobierno santafesino, ya que esta peronista fue hasta hace poco funcionaria de Binner y hoy desempeña un cargo político clave en el Gobierno nacional. Fue cuando sucedió este traspaso en que habrían comenzado las gestiones para resolver esta deuda que, en caso de ser abonada, seríua una verdadera inyección de confianza de los santafesinos hacia la gestión del socialista, que a pesar de contar con una imagen positiva muy alta, puede verse dañada en caso de continuar la crisis económica.

Es por esto que Hermes Binner precisa no romper las relaciones con el kirchnerismo, y si bien el voto positivo a la ley de medios está lejos de fundarse en esta relación, lo cierto es que la norma resulta una herramienta ideal para que el socialista utilize en la dura negociación que mantiene con un gobierno que se caracteriza por ignorar de plano a las necesidades de los gobernadores opositores.

Creo, y con eso basta


Los abajo firmantes apoyamos la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual porque entendemos que la actual concentración de medios de comunicación en manos de monopolios privados cercena el derecho a la información de nuestra sociedad, avasallando una de las conquistas más importantes y colectivas de la democracia, como es la libertad de expresión, en nombre de la defensa de sus intereses particulares. También entendemos que los binarismos no sirven para llevar adelante un debate productivo sobre esta ley fundamental, porque es una ley que trascenderá a los mismos actores en disputa. Ni el Gobierno ni la oposición ni las empresas monopólicas tienen las mismas responsabilidades, frente a una creciente demanda social de reforma del sistema de medios audiovisuales.

Porque más allá del contexto en que el debate se produce -originado en parte por los intereses que afecta el proyecto de ley- es inaceptable que la comunicación audiovisual siga regulada por una ley que, impuesta bajo la dictadura, cuenta hoy entre sus defensores a entidades como ARPA y ATA, que en ese momento eran parte de la autoridad de aplicación, y que hoy se envanecen en nombre de “la libertad”.

Porque es necesario incorporar la mayor cantidad de gente posible, a través de organizaciones intermedias, a la gestión de los medios y de sus contenidos, y que el Estado garantice una mayor pluralidad, a través de los canales institucionales amparados en la Constitución Nacional y no por intermedio de los intereses económicos de los particulares que, en nombre de la libertad de expresión, aprovechan su desregulada participación en el mercado para manipular la información a los fines de preservar su poder económico y político.

En ese sentido, entendemos al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como una oportunidad histórica de fortalecer la democracia, tanto en lo que respecta a sus instituciones como a las posibilidades de participación. Desmonopolizar mejora la calidad de vida democrática porque impide que un solo actor determine la agenda de la conversación pública liberando también a los trabajadores de esos medios monopólicos de las garras de un solo patrón. A su vez no hay democracia posible si los poderes que de ella surgen no garantizan una pluralidad de voces real, que dé cuenta de la polifonía de una sociedad que requiere de la participación de todos sus actores. Libertad de expresión entendida como participación pública de toda la sociedad, de un Estado que la garantiza, y no como construcción comunicacional de los negocios y acuerdos que se hacen puertas adentro. Una ley que garantiza mayor transparencia en la producción y circulación de contenidos, que la ley que nos legó la dictadura y aún hoy sufrimos.

Esta Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual será una Ley de la Democracia, fruto de dos décadas de debates, celebrados en foros, universidades nacionales y entidades de bien público que entienden al derecho a la información libre, plural e independiente como un paso más en la mejora de la calidad institucional y política de una sociedad. A 26 años del fin de la dictadura cívico-militar, se impone la necesidad de revalorizar la libertad de expresión en nombre de los intereses colectivos. Una ley que abra la posibilidad de convertir a la información en un bien público y no en un negocio que ha demostrado responder no sólo a la remanida libertad de empresa, sino a la imposición de políticas y agendas propias de un totalitarismo de mercado que se sustenta en la desinformación y la manipulación de un derecho adquirido por la sociedad en su conjunto.

Mariano Abrevaya Dios - Karina Arellano - Martín Armada – Mario Arteca - Eduardo Blaustein - Leopoldo Brizuela - Sonia Budassi - Mariano Canal - Alejandro Caravario - Fabián Casas – Natalia Castex - Pablo Chacón - María del Carmen Colombo - Juan Desiderio - Lucía De Gennaro - Cecilia Di Gioia - Gabriel Di Meglio - Cecilia Díaz - Ricardo Dios - Elsa Drucaroff - Mariana Enriquez - Patricio Erb - Horacio Fiebelkorn - Daniel Freidemberg - Romina Freschi - Martín Gambarotta - Griselda García - Alicia Genovese - Mercedes Halfon - Mariano Hamilton - Sebastián Hernaiz – Alejandro Horowicz - Claudio Iglesias - Juan Diego Incardona - Alfredo Jaramillo - Gerardo Jorge - Pablo Katchadjian - Violeta Kesselman - Marina Kogan - Ángela Lerena - Alejandro Lingenti - Joaquín Linne - Pablo Llonto - Gustavo López - Marina Mariasch - Fabián Mauri - Alejandro Méndez - Sebastián Mignogna - Ignacio Molina - Sebastián Morfes - Clara Muschietti - Fernanda Nicolini - Adrián Paenza - Paula Peyseré - Federico Piedras - Sol Prieto - Sergio Raimondi - Damián Ríos - Ana Laura Rivara - Martín Rodríguez – María Laura Romano - Alejandro Rubio - Diego Sánchez - Esteban Schmidt - Federico Scigliano – Sebastián Scigliano – Alejandro Sehtman - Damián Selci - Mónica Sifrim - Juan Terranova - Hernán Vanoli - Diego Vecino - Noelia Vera - Gabriela Vulcano - Alejandro Wall - Claudio Zeiger - Francisco Marzioni - VOS.

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