lunes, 29 de marzo de 2010

No era que NUNCA MÁS??


A veces caminamos por la calles vacías de la ciudad y, entre la quietud de la siesta y la parquedad de nuestros gringos, creemos que Rafaela es una especie de tierra apartada del universo. Es decir, no pasa nada malo ni nada bueno. Nos pasamos los años diciendo que en nuestra ciudad "no pasa nada", a veces ignorando el mismo echo de que nosotros no hacemos nada tampoco. También renegamos de esa descripción conservadora de "la isla", y siempre me digo a mí mismo que quien piensa que Rafaela es una isla es porque no entendió nada. Pero a veces también me encuentro pensándolo. Como cuando decidí escapar a Buenos Aires convencido de alguna manera de que en la ciudad "no pasa nada".

Pero las cosas pasan, y muchas de esas cosas nos traen un dolor insoportable.

Ayer apuñalaron a alguien que quería. La noticia completa está acá, pero los diarios no cuentan lo que le pasa a las personas. Una historia se muere en el mismo momento en que una diario la publica. Pero yo tengo una historia que contar. Silvia Suppo fue una persona hermosa, como esas que se encuentran a montones -por suerte- en este lado del mundo donde prefiero habitar. Dulce, divertida, gentil, siempre me dio una sonrisa y una palabra amable, me abrió su casa muchas veces para que vaya a comer o a charlar. Cargaba un estigma muy duro: fue secuestrada, encarcelada en Coronda, donde sucedieron cosas difíciles de contar. Pero esto, esa huella que de su corazón nunca se fue, no se notaba en su cara luminosa, cuando hablabas con ella. Siempre con una sonrisa, y a veces un poco irónica y ácida, sarcástica, Silvia siempre fue un alma que reconfortó a todos los que se acercaron a ella. Una madre ejemplar, sus hijos pueden atestiguarlo, una esposa devota -su marido, el Corcho Destéfanis, otro ángel que se nos fue hace poco- y una mujer querida y admirada por todos.

La apuñalaron hoy a la mañana, mientras estaba vendiendo los productos de cuero y autóctonos que ella misma fabricaba. Entró un tipo, le intentó robar, le dio 3 puñaladas, y se llevó algunos objetos de oro y plata que había al alcance de la mano. La encontró una clienta, muriéndose en el piso. Terminó de morir en el hospital, un rato después. Pero es muy difícil que haya sido un simple robo. Silvia fue testigo en la causa Brusa, la primera causa con sentencia de la represión en Santa Fe, y eso no es poco. En un contexto donde el poder se ve amenazado por los cambios de esta sociedad que crece y aprende que NUNCA MAS, el poder reacciona y asesina a quienes le metieron el dedo en el culo.

No se si fue por la causa Bruza. Pero se que la muerte de Silvia tiene que ser ajusticiada. Hay que encontrar al culpable y condenarlo. Hay que pedir que lo encuentren y lo condenen. La gente no puede ser asesinada, y mucho menos en el lugar donde más seguros deberían estar. La gente no puede sentirse amenazada por buscar la verdad, por castigar a los culpables de la represión más cruda que vivimos en el país.

Se que este tono no es el estilo de este espacio. Pero no me sale otro. Realmente necesito que mis amigos me digan que están conmigo en esto, y que vamos a hacer todo lo que podamos para que se haga justicia. Aunque se que nadie merece esto, Silvia mucho menos. Sus hijos, su familia increíble, tampoco lo merecía. ¿Qué hace el gendarme Carusso, otro represor, otro militar, por nuestra seguridad? ¿Qué hace nuestro Perotti candidato a gobernador, por nuestra seguridad? ¿Qué hace nuestra fuckin policía por nuestra seguridad? ¿Que hacés vos, que hago yo, que hacemos todos porque este mundo sea un poco mejor?

Yo no me puedo quedar tranquilo sabiendo que pasó esto.

Creo que nadie debería quedarse tranquilo después de esto.