jueves, 7 de mayo de 2009

El absurdo regreso de Carlos Reutemann

"Menemista, kirchnerista, antikirchnerista... y después qué va a ser?" - preguntó el socialista Hermes Binner


Está más que claro en los últimos tiempos que la política argentina tiene muy pocos nombres nuevos. Los más jóvenes nos soprendemos al ver cómo se reciclan una y otra vez los diversos actores, como por ejemplo Fernando De la Rúa, que compitió en una fórmula electoral nada menos que contra el propio Juan Domingo Perón alguna vez, o Roberto Lavagna, uno de los mentores del Plan Austral. Pero la capacidad de reciclaje no se limita a ellos, por el contrario, es cada vez más común ver cómo los políticos se pasan a uno y otro bando sin pudor alguno.

A pesar de la pésima calidad de los funcionarios de nuestra política en general, es más que evidente que hay personajes que no sólo no saben gobernar por una ignorancia natural y brutalidad extrema, sino que son realmente peligrosos, no sólo por éstas razones sino porque cuentan con un podersosos aparato de sanguijuelas dispuestas a seguirlo hasta el infierno con tal de obtener una parte del botín. Y en este orden se inscribe el lamentable regreso de Carlos Reutemann a la arena política a pelear por la reelección y dirigirse hacia una candidatura a presidente en 2011.

Cualquiera diría que en Santa Fe sabemos bien quién es Reutemann, pero en realidad no lo sabemos, ya que tiene una intención de voto del 35 por ciento, según las encuestas. Pero entonces, ¿cómo se explica que tenga tanto apoyo si, como bien indicó el Gobernador Hermes Binner, Reutemann no puede caminar por las calles de las principales ciudades santafesinas? De hecho, el ex gobernador no lo hace, ya que pasa la mayor parte del tiempo en Buenos Aires, donde dice cumplir sus mínimas funciones como senador, o en sus múltiples campos que tiene en varias provincias argentinas. A medida que pase la campaña, prometemos en Lance Libre revelar la verdadera cara de este ex gobernante que, esperemos, no lo vuelva a ser nunca más.

Lo cierto es que mientras Reutemann está señalado como una de los principales responsables de la peor inundación que se recuerde en la provincia (la del 2003), haya sido el espadachín del neoliberalismo durante los 90s, privatizando el servicio de aguas entre otras conceciones entregadas y desguasadas, el aparato clientelar que creó el antiguo corredor de fórmula 1 es sencillamente asombroso, convirtiendo, por ejemplo, a la capital santafesina en una especie de ciudadela financiada únicamente por las arcas estatales. Durante los gobiernos de Reutemann, Santa Fe tuvo récord de desocupación y cierre de fábricas, aunque benefició ampliamente a sus amigos empresarios de la capital, como la cervezera Santa Fe o la fábrica de bebidas Naran Pol. Socio indiscutido de Carlos Menem, cuando el riojano cayó por su npropio peso no dudó en prestar su estructura a Néstor Kirchner, quien resolverá con una sencilla reunión la mediática interna que hoy atrsaviesa el PJ santafesino pocos días después de las elecciones.

Nadie con un poco de inteligencia toma en serio la candiudatura de Reutemann. La gente todavía lo valora por sus éxitos deportivos, mérito suficiente para tener una banca en el Senado, en la cual poco y nada aportó para la legislación argentina. El famoso mutismo que elogian sus aliados, asegurando que es una señal de prudencia, es, como bien indicaron sus detractores, una muestra de una ignorancia abrumadora en la mayoría de las cuestiones importantes.

La única verdad es la realidad, decían un par de pensadores, y la única realidad es que Reutemann es un candidato que tiene un mérito: traccionar votos para donde decida ir. Y como líder político, tiene otra característica que es el corazón de su éxito político: una enorme capacidad de ubicación de aliados políticos en cargos públicos, convirtiendo a la nómina oficial de trabajadores en un verdadero "aguantadero" clientelista. Así, las hordas de oportunistas que ven en Reutemann un líder que asienta su fuerza sobre la prebenda, festejan la candidatura del Senador, cantando loas a este ex corredor que, en terreno santafesino, siquiera puede bajarse del auto sin recibir el escrache de alguno de tantos grupos perjudicados por su tenebroso accionar político.


Update
: el amigo Huff colgó este post en Taringa. Como los lectores de Lance Libre son gente muy taciturna y no es afecta a hacer comentarios, pueden leer lo que los taringueros dejaron dicho sobre el Lole.

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