Un empleado del café de Retiro hace una semana y media que usa barbijo por pedido expreso de la emrpesa. "Ya nos sacaron una foto para La Nación", me aclara antes de aceptar posar para Lance Libre.
El imparable avance de la Gripe A (los medios finalmente le acertaron el nombre definitivo) ya se está haciendo notar en la fisonomía porteña. Mientras los políticos tienen sus miradas en las urnas, la gente, mucho más preocupada por asuntos reales, mira con recelo la ineficiencia del Gobierno a la hora de planificar soluciones para detener el virus.
Mientras la noticia de una nueva víctima ocupa las agendas del viernes a la noche en los portales de noticias y los cierres de diarios, esto se suma a la posibilidad de cuarentena en Buenos Aires, e inclusive un pedido de clausura de las elecciones en Tierra del Fuego (que, por supuesto, la jueza a cargo no va a hacer lugar jamás), lo que pone en ridículo a un Gobierno no piensa parar su picadito del fin de semana, a pesar de que sus propios funcionarios se lo reclaman. (¿Se cobrará muertos esta elección?)
Algunos minutos antes de tomar el colectivo a Rafaela para cubrir las elecciones desde lo que fue llamado una "ciudad testigo" de la situación del país, miro con asombro en un café de Retiro, al que tira los cafés y la simpática pero tímida moza que no quiso salir en la foto usando barbijos, un poco eficiente recurso para protegerse de la gripe A, pero ideal a la hora de generar una especie de alarma visual.
Mientras el dengue deja de ser noticia, de la explosión mediática que se generó alrededor de esta enfermedad pocas semanas atrás ya no quedan rastros. Cuando el dengue era una novedad, en Retiro me regalaron un desodorante Off, cortesía del Ministerio de Salud. Hoy, veo popularizados los barbijos de la ¨Gripe A, y me pregunto cuál será la enfermedad de moda cuando vuelva a Buenos Aires.
Mientras el escándalo político toca a la puerta, una colega twittera señaló hoy que el 10 por ciento de la población argentina sufre Mal de Chagas. Y aunque de eso tampoco hay barbijo que haga milagros, no vemos ninguna autoridad política intreresada en declarar la emergencia sanitaria, ni ninguna empresa en las terminales de ómnibus dispuesta a proporcionarle antídotos a sus empleados.
Update de las cinco y media de la mañana, en Terminal de Santa Fe: vía otra twittera me entero que los barbijos se venden a once pesos. Antes de la gripe A, su precio era de 5 pesos. Y vi otros "enbarbijados" subiendo al Flechabús. Y chicas chetas tapandose la cara con pañuelos.
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