Andrés y Marina desconfían de las versiones policiales.
Mantienen la calma, pero sus miradas tristes dan cuenta del recuerdo de su madre. Marina (42) y Andrés (21) recibieron a PERFIL en su casa de Rafaela, justo al lado del negocio donde su madre, Silvia Suppo, testigo clave en dos causas que acusan a diversos represores en la última dictadura militar, fue asesinada en la mañana del lunes. Las nueve puñaladas que la mataron abrieron uno de los casos más resonantes que recuerde esta tranquila ciudad santafesina. Una veloz investigación detectó a dos de los presuntos responsables: Rodrigo Sosa (19) y Rodolfo Cóceres (21).
—¿Por qué sostienen la teoría de que fue un asesinato político?
—Sucedió a cuatro días del 24 de marzo y en un contexto muy claro, no podemos ser ingenuos. No hay pruebas que lo relacionen directamente, pero hasta que no nos demuestren lo contrario, no vamos a dejar de pensar esto. No son puñaladas dadas al voleo, la saña con la que cometió el hecho lo evidencia. Todos los que tuvieron contacto con el cuerpo, desde médicos que la atendieron, los forenses y hasta nuestro tío que la vio, nos dijeron lo mismo. Mamá inició la causa por la desaparición de Reinaldo Hatemmer, y estaba por dar testimonio. Hay cuatro acusados, de los cuales dos son de Rafaela.
—¿Sienten que la investigación policial despejó sus dudas?
—Tenemos muchos cuestionamientos. Por cada dato que nos dan, hay algo detrás que no nos cierra. Vamos a pedir una reconstrucción del hecho, y si es posible, un juicio oral. La Policía está muy segura de que sólo fue un robo y eso nos hace sospechar más. Teniendo más información, más capacidad, más experiencia, no logran ver cosas que nosotros detectamos como irregulares. Por ejemplo, debimos pedir un segundo peritaje después del asesinato, porque el primero estuvo muy mal hecho.
—¿Qué sienten con respecto a los agresores?
—No queremos hacer de esto una venganza de clase. Los pibes que aparentemente lo hicieron, lo que sabemos, es que tienen pocos recursos. Son rateros comunes, nunca salieron a matar a nadie, lo que nos hace sospechar que puede haber una presión de alguien más. Pueden ser los autores materiales, pero no podemos convencernos de que sean los autores intelectuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario