Mientras los análisis políticos por estos días giran en torno a las elecciones legislativas nacionales -el 28 de junio, los santafesinos deberemos elegir entre Reutemann, Giustiniani y Rossi, entre otros- en Lance Libre nos tomamos un momento para mirar de cerca el trabajo de otro órgano legislativo que también muy pronto renovará dos bancas. El Concejo Municipal es un espacio que debería representar los intereses del pueblo rafaelino, pero a pesar de su noble espíritu, lo cierto es que desde hace ya muchos años el de Rafaela es un Concejo intrascendente en materia política.
Tanto Omar Perotti, como su antecesor Ricardo Peirone, disfrutaron de una década y media de gobierno sin que el Concejo Municipal protagonice hechos políticos de peso, siendo probablemente las denuncias por corrupción a la administración de Rodolfo Muriel la última acción trascendente que pueda recordarse. Durante ya demasiados años, tanto en materia de debate como en el aspecto legislativo, el Concejo no produce nada que llame la atención de los rafaelinos, logrando que este órgano clave de la democracia se transforme en un mero espacio administrativo.
Esto podría explicar, al menos en parte, la adhesión mayoritaria que consiguió el ahora socialista Alejandro Ruiz Díaz en la encuesta que cerró hace una semana en este blog, donde el candidato del Frente Progresista Cívico y Social obtuvo el 28 por ciento de 52 votos totales. Aunque está claro que la mayoría de los votantes prefiere a la fuerza liderada por Hermes Binner (el segundo puesto es del rival de Ruiz Díaz en la interna, el demoprogrsista Luis Peretti), lo cierto es que ya comienza a notarse el tufillo a naftalina que tienen la mayoría de los candidatos a concejales en estas legislativas.
Es que en las próximas elecciones, los rafaelinos se verán obligados a seleccionar candidatos a concejal que son verdaderas “figuritas repetidas” en el ámbito político: desde el eterno Peretti, pasando por el ya clásico Luis Castellano, y finalizando en el propio Luis Telesco, que los más jóvenes recordarán por ser el papá de la protagonista de un difundido video (me refiero al videoclip de la canción de Estilo Valentino, claro) pero los más viejitos lo junarán por haber sido el concejal denunciante del caso de corrupción que mencionamos más arriba y le costó la intendencia al MAV, en el 89.
Sólo una cara nueva entre las principales fuerzas, además de Ruiz Díaz, tendremos en estas elecciones para cadidatos a concejal: el peironista Daniel Frana, que compite en al interna luego de romper con el perottismo al retirarse del gabinete municipal sin que se planee un reemplazo. Frana no tiene experiencia legislativa, aunque sí política, ya que ofició de funcionario en la s administraciones de los dos líderes del PJ con resultados dispares: aunque al frente del armado del PER tuvo un papel relevante, como secretario de Gestión y Participación de Omar Perotti, su función pasó sin pena ni gloria.
En un tiempo donde los candidatos se dedican a “respaldar proyectos” más que a mostrar verdadera vocación política, la situación de Rafaela no es muy diferente. En estas primarias tenemos internas dentro de las dos principales fuerzas: el Frente Progresista y el Partido Justicialista. Y los candidatos son fieles soldados de cada causa, y en muchos casos dejan de lado sus aspiraciones personales para defender el proyecto que respaldan a través de las candidaturas.
En la coalición que gobierna la provincia hay una fuerte crisis interna a nivel local. El Partido Socialista se encuentra en pleno ascenso en todo el país, y en Rafaela, sus flamantes miembros exigen mayor participación a la hora de las definiciones. Concretamente, el socialismo exige el primer lugar en la lista de concejales, ya que quieren hacer valer la fuerza obtenida con la abrumadora victoria en los comicios de 2007. El principal problema del PS es que tiene muy poca estructura de funcionarios, y una historia mínima, que no alcanza para respaldar sus aspiraciones. Al menos no alcanzó en esta oportunidad, donde debieron competir con un PDP que, a pesar de estar prácticamente desguasado a nivel provincial y nacional, en la ciudad continúa siendo una fuerza convocante, en especial en la figura de Luis Peretti. Es decir, mientras que el PS exige más espacio por ser la fuerza dueña de la “conexión Santa Fe” –indispensable para construir un proyecto en la ciudad-, el PDP no se resigna a perder su espacio como la oposición que recolecta más votos, aún cuando la mayor parte de estos votos sean de un candidato desgastado por la edad, la salud y las sucesivas batallas políticas durante los últimos 17 años, donde Peretti reinó en su banca como una especie de concejal vitalicio. Es así como la interna definirá renovación o continuidad, cambio o permanencia, y los votos de la gente definirán si los rafaelinos quieren para la oposición nuevas caras y nuevas propuestas, o si realmente están conformes con lo hecho hasta hoy y sólo esperan una repetición.
Dentro del justicialismo, se evidenció una interna que existe desde hace muchos años, pero que fiel al estilo del partido del General, había quedado velada tras las sonrisas oportunistas de campaña. Las tensiones entre Perotti y Peirone siempre se resolvieron a puertas cerradas, aunque está claro que esta vez no hubo negoaciación que valga, y el peironismo se ve decidido a hacer frente al PJ oficialista, luego de que el propio Frana vio como, a pesar de que el perottismo lo incluyó dentro del gabinete municipal, poca trascendencia dieron a los proyectos emanados de su cartera. Como acostumbra Perotti, el “ninguneo” hacia los aliados de su ¿ex? compañero Peirone estuvo durante todo el año a la orden del día, y Frana planea desquitarse con la interna, donde según las primeras mediciones no estaría nada mal posicionado. Aunque la interna del PJ tiene un sospechoso aroma a revancha, lo cierto es que es la primera vez que se oficializa la oposición a Perotti, una jugada que incomoda al oficialismo, acostumbrado a “reinar” sin disidencia.
De paso, agradecemos los saludos
por el Día del Periodista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario